El lubricante personal (lubricante) se puede usar para ayudar a que los actos sexuales, como el sexo, la masturbación o el uso de juguetes sexuales, sean más placenteros. Los lubricantes trabajan para reducir la fricción entre tu piel y la persona/objeto/parte del cuerpo que está utilizando, lo que puede eliminar el roce, el dolor y el roce incómodo.
¿Por qué utilizar lubricante?
¿Por qué no usar lubricante? ¡El lubricante es genial! Usar lubricante no es nada vergonzoso, puede ser un gran aporte a tu experiencia sexual. No hay porqué sentir vergüenza de usar un lubricante personal. Muchas personas que producen grandes cantidades de fluidos vaginales aún optan por usar un lubricante para aumentar aún más su placer sexual.
Alrededor de la mitad de las mujeres posmenopáusicas tienden a notar más sequedad vaginal e incomodidad al tener relaciones sexuales (1,2). Después de la menopausia, el área genitourinaria (incluida la vagina y la vulva) puede cambiar y atrofiarse debido a la disminución de los niveles de estrógenos. Sin niveles más altos de estrógeno, estos tejidos se vuelven más delgados, menos flexibles, reciben menos flujo sanguíneo y producen menos fluidos vaginales naturales (1). El uso de un lubricante ayuda a disminuir la incomodidad del sexo al experimentar sequedad vaginal, pero no previene el problema subyacente de la atrofia del tejido vaginal.
Algunas personas pueden experimentar sequedad vaginal, lo que puede provocar molestias o dolor durante las relaciones sexuales. Cada persona es diferente. Las personas que están amamantando, que están tomando medicamentos (incluidos los antihistamínicos y antidepresivos), las sobrevivientes de cáncer de seno y las personas con síndrome de Sjogren también pueden experimentar sequedad vaginal (2). En estas situaciones, un lubricante puede ser útil.